Tu amor me sabe a ambrosía
y sin él no hay sabor;
eres la sal de mi vida...
eres sol que da calor.
Te quiero siempre a mi lado
para idear un paraíso,
de sol en días nublados
y lloviznas sin granizos.
Te quiero por lo que eres,
sin adornos ni elocuencia;
te amo porque me quieres...
como soy. Sin exigencias.
¡Hola!
¡Bienvenido a mi sitio!
Espero que encuentres en mis Tarjetas, algún pensamiento similar a los tuyos o quizás una manera distinta de saludar a tus seres queridos.
Intento compartir mi punto de vista con respecto a las bondades del universo, las recompensas que obtenemos si somos positivos (lo compruebo desde que lo practico), y también...¿Por qué no? que tu estado de ánimo se identifique con el mío si el pronóstico anuncia un día nublado.
¡Deseo que disfrutes al leer, tanto como yo al escribir!
¡Bienvenido a mi sitio!
Espero que encuentres en mis Tarjetas, algún pensamiento similar a los tuyos o quizás una manera distinta de saludar a tus seres queridos.
Intento compartir mi punto de vista con respecto a las bondades del universo, las recompensas que obtenemos si somos positivos (lo compruebo desde que lo practico), y también...¿Por qué no? que tu estado de ánimo se identifique con el mío si el pronóstico anuncia un día nublado.
¡Deseo que disfrutes al leer, tanto como yo al escribir!
domingo, 24 de mayo de 2020
La misión del corazón
El amor es un intruso
que invade sin previo aviso
y se apodera atrevido
de tu vida y su valor.
Ya no concibes hablar...
reír o dormir tranquilo,
si no lo tienes prendido
a tu latente motor.
Nuestro motor incansable,
llámese el corazón,
late porque es su misión,
no porque alguien nos ame.
Ese intruso que llegó,
debe ser bien recibido,
mas también ser advertido:
¡en mi casa...mando yo!
que invade sin previo aviso
y se apodera atrevido
de tu vida y su valor.
Ya no concibes hablar...
reír o dormir tranquilo,
si no lo tienes prendido
a tu latente motor.
Nuestro motor incansable,
llámese el corazón,
late porque es su misión,
no porque alguien nos ame.
Ese intruso que llegó,
debe ser bien recibido,
mas también ser advertido:
¡en mi casa...mando yo!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)