domingo, 15 de marzo de 2020

Tenemos que hablar

Suspiro cuando recuerdo

ese segundo fatal,

en que dijiste muy serio:

-Hoy...tenemos que hablar.


Imaginé el motivo

y solo pude pensar:

-Si solo por ti yo vivo...

¿cómo me puedes faltar?


Pero hablamos...y lloré.

Te fuiste y seguí llorando.

Como nunca imaginé...

lloré por seguirte amando.


Los ríos de la existencia

convierten dolor y pena,

en suspiros y paciencia...

tal como piedra en arena.


Sonrío cuando recuerdo

ese amor que terminó,

porque encontré otro nuevo...

verdadero...y mejor.

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